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jueves, 8 de noviembre de 2012

Enfermedades Infecciosas

Viruela del Canario.
Se transmite de un pájaro a otro, y también a través de insectos chupadores de sangre. Se recomienda vacunar a los canarios contra esa enfermedad a partir de los tres meses.

 Acariosis.
Enfermedad provocada por un arácnido del orden de los ácaros que invade las vías de respiración. Puede provocar lesiones capaces de matar al pájaro. Un remedio para combatirlo es proporcionado al pajaro productos aceitosos, como el lino, para que el parásito resbale, pero no siempre funcionan.

Ornitosis.
Es una enfermedad difícil de diagnosticar, porque no presenta síntomas bien definidos. También es contagiosa para el hombre. Lo más recomendable es llevar el pajaro al veterinario
Una Amenaza Oculta: El Piojo Rojo
En ocasiones las jaulas de nuestras mascotas están infestadas por un terrible parásito, que ataca a los pajaros y que puede permanecer oculto a nuestros ojos. Se trata de la amenaza oculta del piojo rojo o "piojillo".
El piojo rojo es un parásito, y como tal se alimenta de la sangre de mamíferos y animales vertebrados de mayor tamaño que él. Su tamaño puede ser inferior a un milímetro y es de un color rojizo. Se esconde por los rincones más insospechados de la jaula y es de hábitos nocturnos, lo que quiere decir que sale de su escondite únicamente durante la noche para alimentarse.
Esto último hace que el piojo rojo sea difícil de detectar o que cuando lo hayamos hecho se haya convertido en una auténtica plaga. Sus primeras víctimas suelen ser los pajaros más débiles o incluso las pequeñas crías que se encuentran en el nidal, cuando estamos en época de cría.
Uno de los síntomas que puede presentar un pajaro atacado por el piojo rojo, es la palidez de su piel, ya que poco a poco se le va agotando la sangre que sirve de alimento al parásito. También puede ser un síntoma la inquietud del pajaro durante sus horas de sueño, rascándose repetidamente por distintas partes de su cuerpo.
Si hemos descuidado la higiene y el mantenimiento de las jaulas, deberemos tomar medidas para comprobar que no existan estos parásitos. Una de las formas de averiguarlo es por la noche; con una linterna nos acercaremos a las jaulas y las inspeccionaremos detenidamente, para comprobar si hay movimientos en el pajaro o "expediciones" de los piojos en busca de alimento. También podemos comprobarlo de la siguiente manera: cuando cae la noche procederemos a tapar la jaula del pajaro con un trapo blanco y limpio; si a la mañana siguiente observamos pequeñas manchas o incluso los mismos parásitos pegados al trapo, no habrá ninguna duda de que la amenaza está presente.




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